Español: Mediante Acuerdo Nº 001 de 1989, se adopta el Escudo Municipal, resaltando la capacidad para el trabajo de los pobladores, sus lazos de amistad y sus tierras productivas. Es un blasón circular en azur sobre el cual se sobrepone un paisaje montañoso en sinople partido del centro al punto de la punta en forma irregular de río, sin tocar el borde del escudo. Sobre el paisaje, desde el flanco diestro al cantón siniestro de la punta, se carga la silueta del mapa del municipio, en bandas de oro. Entre el punto del jefe y su cantón izquierdo, un sol de oro de dieciséis puntas. En el flanco diestro, una figura antropomorfa a la forma estatuaria del dios de la ofrenda, en plata. Resaltando sobre el todo, dos manos que se aprietan en argén. Al timbre, una corona de cinco puntas en plata y una cinta de sinople con el nombre del municipio en letras mayúsculas de oro.
El escudo está soportado por tres bandas, del exterior al centro, una en oro, una de plata y una de sinople. En la lanza de la banda de oro, una esfera del mismo material. Sobre la banda de oro, dos ramas con hojas en sinople y frutos en gules, a forma de ramo del cafeto. Se sujeta la composición y se ornamenta, con dos cañas paneleras, con tallo y hojas a color natural. El escudo descansa sobre un libro abierto a la mitad, en cuyos laterales se leen los números 1653 y 1958, años en los cuales se fundó y se erigió el municipio, respectivamente, y éste, a su vez, en una cinta de plata sobrepuesta por una placa en el mismo material con la inscripción en castellano, en sinople, con el lema del municipio en letra mayúscula “Amabilidad y Trabajo”.
El escudo destaca la amabilidad y trabajo del pueblo Isnense, representado en sus productos agrícolas como principal fuente económica de la región. También se destacan sus montañas y el sol como símbolos de la riqueza natural y paisajística del municipio, así como la imagen de una figura antropomorfa, representando los orígenes y vestigios arqueológicos de una cultura muy avanzada en el arte del tallado en piedra. Por la importancia de la estatuaria, concentrada en sus dos parques arqueológicos, el Alto de los Ídolos y el Alto de las Piedras, fueron declarados Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la Unesco, en 1995. La versión inicial del emblema fue adoptado luego de una creación colaborativa en la que participó don Francisco Bolaños, mismo diseñador de la bandera municipal.